FALLECIMIENTO DEL HERMANO MAYOR DE LA HERMANDAD DE LA SAGRADA CENA DE CACERES

La ciudad despide a Antonio Rubio, uno de sus mayores defensores
Santiago Castelo: «Su muerte es una de las pérdidas más sensible a la Real Academia de Extremadura; era uno de sus fundadores»

La iglesia de Santiago se llenó y entre los asistentes estaban Carmen Heras y el anterior alcalde, José María Saponi

Una de las obsesiones de Antonio Rubio Rojas era la cofradía de la Sagrada Cena, cofradía que ayudó a que fuera una realidad en 1996 y que en la actualidad tiene 1.800 hermanos. Desde 1996 se esforzó en que cada año se fuera completando el paso con una nueva imagen, hasta que hace dos años se terminó con la incorporación de la figura del cordero pascual. Por esa estrecha unión entre el fallecido Rubio Rojas y el monumental paso, el momento más cargado de emoción en su misa funeral, que tuvo lugar ayer por la mañana en la iglesia de Santiago, fue cuando al concluir el acto religioso, varios cofrades cargaron sobre sus hombros el ataúd con los restos del hermano mayor, y al llegar al fondo de la iglesia, en donde se encuentra la Sagrada Cena, comenzaron a 'bailar' ligeramente el ataúd ante la imagen de Jesucristo y los apóstoles. Luego hicieron lo mismo ante la cercana imagen de Nuestra Señora del Sagrario. Entre las personas que llevaban el ataúd se encontraba Serafín Martín Nieto, el mayordomo de la Cofradía.
De esta manera se despedía Antonio Rubio Rojas de la Iglesia de Santiago en donde fue bautizado hace 72 años. El templo estaba lleno de personas que valoran las cualidades humanas que han adornado a este cacereño que nació el 3 de noviembre de 1938, licenciado en Filosofía y Letras, que desde 1976 fue el cronista oficial de Cáceres, y que hasta el año 2008 (en que se jubiló con 70 años) fue el archivero municipal. Profesor en el Instituto El Brocense y en la Escuela de Formación del Profesorado, ha sido un gran divulgador de las bellezas de la ciudad de Cáceres. Entre sus 14 libros se encuentra una de las mejores guías de la ciudad, 'Cáceres. Ciudad Histórico-artística' que se ha traducido a varios idiomas. El libro se lo dedicó a su esposa Mercedes Muriel Tapia, y a sus tres hijos: Antonio, Francisco Javier y María de la Mercé, que ayer lloraban la pérdida del esposo y padre, que ha muerto inesperadamente de un infarto de miocardio.
Entre las numerosas personas que acudieron ayer a despedirse del cronista oficial de Cáceres, se encontraba la alcaldesa Carmen Heras, y el anterior alcalde, José María Saponi. También acudió Fernando Manzano, secretario general del PP de Extremadura.
Asistieron numerosos representantes de distintas cofradías, como José Manuel Martín Cisneros, presidente de la Unión de Cofradías de Cáceres, o César García González, mayordomo de la cofradía del Nazareno.
Otra de las 'obsesiones' de Rubio Rojas era la Real Academia de Extremadura de Las Letras y Las Artes, que él ayudó a fundar hace 30 años. En el funeral estuvieron presentes varios académicos y el director de la misma, José Miguel Santiago Castelo, que hacía hincapié en la gran pérdida para Extremadura y sobre todo para Cáceres, de una figura como Antonio Rubio Rojas. «Su muerte - señalaba -, es una de las pérdidas más sensible a la Real Academia de Extremadura, porque junto a Manuel Terrón era uno de los fundadores». Manuel Terrón murió el 3 de octubre de 2010.
Durante los 30 años de la historia de la Real Academia de Extremadura, el cronista oficial de Cáceres estuvo varias veces en la directiva. «Hace poco le habíamos vuelto a elegir tesorero - indica Santiago Castelo -, y estaba ilusionadísimo, preparando todo porque era un hombre tan concienzudo, tan trabajador, tan exacto». El director de la Real Academia destaca de él que era un gran defensor de Cáceres, «había que ver a Antonio en la sede de la Academia, ver como defendía a Cáceres. Cualquier cosa de Cáceres, por nimia que fuera, había que ver el cariño con el que se volcaba en su defensa».
Otra de las pasiones de Rubio Rojas eran los toros, como recuerda el critico taurino de HOY Ambrosio García Polo, que destaca sus acertados puntos de vista en las tertulias del Club Cultural Taurino Cacereño.
Era tal la amplía personalidad del fallecido que ayer le acompañaron en su funeral, cacereños como el pintor Massa Solís o el matador Manuel Bejarano. Todos para despedir a un gran personaje de Cáceres.