
Los miembros de esta
comunidad parroquial nos sentimos consternados, doloridos por la muerte de
nuestro amigo, hermano… nuestro querido Don Emilio.
Dicen que la velocidad de
los hechos ayuda a apurar los tragos amargos, pero nuestra alma ha quedado sobrecogida
con su marcha repentina.
Nos ayudó a muchos a crecer
en la fe con su sencillez, su imaginación y buen humor.
Predicando siempre desde su
sólida experiencia y la atención desinteresada a los más necesitados.
Como buen padre no buscaba
la imposición, sino la seducción de los hechos.
Descansa en Paz Emilio,
siempre estarás en nuestro corazón, formando parte de nuestros recuerdos
gozosos, a esos que acudimos siempre que la vida nos es adversa, para encontrar
la fuerza para seguir adelante.
Desde nuestra fe en Cristo
Resucitado, estamos seguros de que volveremos a encontrarnos. En las manos de
Dios te dejamos, con la certeza de que con la
Virgen del Patrocinio proclamarás para siempre las grandezas del Señor.
La comunidad parroquial de
San José te agradece tus desvelos y tu servicio sacerdotal.