Como es habitual antes de la procesión, el cura de San José, Emilio Sánchez, pronunció una mezcla de homilía y charla a los cofrades de la Sagrada Cena. Segundos después, Pablo Burgos, hermano mayor de la cofradía más joven de la ciudad, se apartó a unos bancos y rezó en solitario. Hace poco más de un mes, perdió a su mujer, Patrocinio, nombre que lleva la preciosa Virgen de la hermandad de la República Argentina. Pero la emoción para La Cena no llegó sólo por esto. Estrenó paso completo de los apóstoles y salida desde su flamante casa de hermandad, en cuyo entorno se agolparon decenas de personas. Muchas más había en la plaza de España para ver la salida del paso de La entrada de Jesús en Jerusalén, primer misterio de la Cofradía Infantil. Arropado por inquietos niños vestidos de hebreos, radiante por el balanceo de palmas, los 'infantiles' relucieron más por su recuperado itinerario por la calle Puente y el Paseo de Roma, en una tarde con una brisa agradable que mitigaba un calor asumible. La Cena, con el acompañamiento musical de Las Sagradas Escrituras y la banda de Llerena, y La Burrita, con música de La Pasión, abrieron ayer con extraordinario lustre la primera Semana de Pasión con el marchamo de Interés Turístico Nacional.